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Un epílogo imprescindible, un concierto inolvidable

Se dice de un epílogo que sintetiza lo fundamental de una obra, formando su parte final. Un resumen que concluye los argumentos mostrados en el conjunto previo. Anari publicó el EP “Epilogo Bat” (2016) como anexo necesario de “Zure aurrekari penalak” (2015), su último trabajo, y de la correspondiente ronda de presentaciones en directo. Teniendo en cuenta el intervalo temporal entre las publicaciones de la compositora azkoitiarra, la aparición pocos meses después de cinco nuevas canciones más la introducción instrumental fue inusual y supuso una gratísima sorpresa, ya que el contenido se encontraba a la altura del sobresaliente disco anterior. En definitiva, un epílogo que prosigue una carrera discográfica dispersa a la par que ejemplar y de gran calado musical, literario y emocional.

En esta velada, veinte años después de su primera visita al Kafe Antzoki, la formación habitual de las últimas giras (Anari Alberdi, Mikel Abrego, Drake, Mariano Hurtado, Ander Mujika) se vio acompañada durante algunos temas por Karlos Osinaga ‘Txap’ (Lisabö) a la guitarra, Ager Isunza (Audience) al violín y Ruben Garatea (Audience) al acordeón. Sonido perfecto desde el comienzo, en el que recorrieron en orden las pistas del epílogo, abriendo con esa cadencia inicial tan portuaria de Intro (Geure Alde). Y de repente, la intensidad plena abrazó todo el recinto, cuando cada integrante de la banda ofreció cada gramo de talento, con Anari como maestra de ceremonias, arrojando actitud sobre las tablas y una presencia vocal espectacular. Autodefinitua, Piromania o Epilogoa se encuentran ya en ese círculo de composiciones esenciales de su repertorio, creando ese lugar en el que el rock autoral y el folk urbano se funden, en la misma senda que también recorren Low, Sharon Van Etten o Ruper Ordorika.

Tras la primera parte del concierto, las canciones recientes siguieron obteniendo el protagonismo, marcando en la memoria sonora las teclas de Ametsen Eraiste Neurtua y la cruda interpretación de Orfidentalak. También hubo visita a cancionero ajeno, con una soberbia recuperación de The Ship Song de Nick Cave, que la temporada pasada formó parte de su Izar & Star junto a Tulsa. Y para redondear, pinceladas antiguas como la frontal Aingura Hegodunak de “Zebra” (2005) o la inabarcable gema Harriak de “Irla Izan” (2009). Una de las cimas de la actuación fue el dueto junto a ‘Txap’ cantando desde lo más hondo Gu en la que el dolor y la rabia se dan la mano para lograr descansar.

Existen noches inolvidables en el Antzoki. Esta vez pudo ser por la fuerza y pasión, por la compenetración de cada integrante del grupo, por las apariciones estelares, por el ambiente musical generado entre escenario y público, por las canciones. O quizás, por todo eso y algo más, será recordado esta muestra del epílogo entre los mejores conciertos que ha ofrecido Anari.


Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 16 de marzo de 2017
Texto: Ruben Garcia
Fotografía: Gauilunak Saioa

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