Tal y como reza esa canción de StandStill, eso pensamos todos los asistentes al Antzoki este pasado viernes 11 de Septiembre, acompañando a la banda en la que han anunciado que será su última gira, con la pena de apagar las luces del escenario pero con la certeza también de haber compartido algo especial.
Después de casi 20 años de andadura, 7 discos e innumerables conciertos, han anunciado un parón indefinido con el que nos dejan un legado de grandes canciones, momentos para el recuerdo, reflexiones y una mirada puesta también en el futuro.
Antes de los primeros acordes de “Dentro de la luz” con el que dió comienzo el concierto de StandStill, tuvimos la ocasión de disfrutar de la propuesta del grupo bilbaíno Larry Bird, un cierto acercamiento al post-rock en euskera, que nos puede llegar a recordar a Explosions in The Sky o Mogwai y que seguro que despertará el interés de todo aficionado a estos dos grupos.
Durante 45 minutos desgranaron las canciones que forman parte de su recién publicado EP, calentando el ambiente del Antzoki, y con tiempo también para dedicar unas palabras de reconocimiento a Enric Montefusco y los suyos en su papel de referencia musical.
Tras un breve intermedio y con los componentes de StandStill ya sobre el escenario, entre aplausos, el grupo comienza a repasar su discografía en la que supone su última actuación en Bilbao. Primero con la letanía de “Que no acabe el día”, que llegaría a convertirse en himno de la noche, seguida de la contundencia de “Conjuro de todos los tiempos” y “Tocar el cielo”.
Tras esos momentos iniciales, Enric saluda al público del Antzoki agradeciendo en nombre de toda la banda el apoyo y cariño de la gente de Bilbao durante todos estos años y sin dar ningún tipo de tregua continúan entre otras con “Adelante Bonaparte I” y “¿Por qué me llamas a estas horas?”, saltando de un disco a otro.
Tras un breve parón técnico que nos confiesan se debe a que Ricky, uno de los baterías, ha sufrido un percance recientemente y tiene una fractura en la pierna, retoman la ofensiva con “Nunca, Nunca, Nunca” donde Enric se une a los dos baterías para hacer temblar las paredes del Antzoki con el eco de la percusión y empaparlas con el barroco de sus teclados, seguido después por rendiciones de “Me Gusta Tanto” y “1,2,3, Sombra”, que enmudecen al igual que en el disco, y acabando con una atronadora “1,2,3 Sol” coreada por todo el público.
Para la inevitable canción de despedida, que mejor broche que cerrar con “Adelante Bonaparte II”, toda una declaración de principios, que tras la última nota dejó a todo el público en pie ovacionando durante minutos.
Como ellos mismos dicen y se refleja en sus letras, hay que seguir adelante, no rendirse nunca, y prometen continuar dando saltos mortales, bajo otros uniformes quizás o compartiendo trinchera musical con nuevos compañeros pero siempre armados con lápiz y papel, con una guitarra colgada del cuello y con unas baquetas en la mano. Ni siquiera el percance de uno de los baterías antes de la actuación les frenó para dejarse la piel, las sonrisas y el agradecimiento durante los más de 90 minutos de concierto.
StandStill ha muerto, ¡viva StandStill!
Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 11 de septiembre de 2015
Texto y fotografía: gorka
