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Kenny Garrett en la sala BBK

Ayer, 20 de mayo de 2014 Kenny Garrett dió el primero de sus conciertos en España en la sala BBK de Bilbao.

El algún artículo que he leído por ahí, Kenny dice textualmente: “Venimos simplemente a hacer música…”. Efectivamente no podía hacer sido más preciso. El show fue una fábrica de música funcionando a pleno rendimiento, pero con los engranajes bien engrasados.

Se trata de la presentación del último disco ‘Pushing the world away’. Como os podéis imaginar, en el jazz (al menos en el de Kenny Garrett) cualquier parecido entre un disco y un directo es pura casualidad; evidentemente se reconocen los temas y el argumento central de cada uno de ellos, pero en escena se le dan unas cuantas vueltas de más a las tuercas a una música muy elaborada y sofisticada.

Se las prometían de concierto energético, no defraudaron. Empezando fuertes, como si hubieran bebido 5 litros de bebida energética cada uno, fuertes en la música, en el ritmo, en la improvisación, en la densidad… Su puesta en escena era elegante, vestidos de traje y/o camisa. Su trabajo fue tocar, sin interactuar con el público (eso cambió al final). Era un concierto de escuchar sentado (también eso cambió al final).

Como he dicho antes, fue un concierto denso, un jazz agresivo con ritmos difíciles de seguir y melodías y solos imposibles. En cuanto a los ritmos, en ocasiones era difícil averiguar el compas! era como una mezcla en los que un compás se mete dentro de otro. En uno de los temas, me vi a mí mismo intentando seguir con manos y pies el tempo y deduciendo si era un 6/4 o un 4/4, el batería me ayudó bastante con su pie izquierdo y su chaston implacable dando el tiempo, sin embargo el resto de su cuerpo se movía en otro compas cercano a tresillos, deduje que tocaban a 4 tiempos, a ver… si parece que funciona pero ¡qué raro suena!, era como si cambiaran de compás a cada momento, definitivamente hay que estar habituado a escuchar este tipo de música para no ahogarse en un mar revuelto de notas y ritmos.

Siguiendo con el ritmo, hubo un momento que me parecío muy curioso. Empezaron a tocar y en un determinado momento, de repente el batería, contrabajo y percusión, seguían con el ritmo rápido con el que había empezado el tema, pero el piano y Kenny, con su saxo, empezaron a tocar ad libitum, ignorando lo que sonaba por detrás a un tiempo como en “Brother Brown”, (dudo si esa es la canción que tocaban). Si habéis escuchado el disco imaginaos Brother Brown con un ritmo enloquecido sonando por detrás… exacto, a eso me refiero.

En cuanto a melodías y solos, a cada cual más intenso. Si tu oído espera escuchar sonidos “habituales”, olvídate, la disonancia es constante. Garrett se permitió en momentos bastante grandes tocar fuera de tono sin ni siquiera acercarse al tono donde tocaban el resto. El grupo daba vueltas al esquéma armónico mientras que Garrett tocaba fuera sin intención de volver en algún momento. Incluso había vueltas en las que no tocaba apenas, limitándose a tocar una sola nota picada de vez en cuando, por supuesto una nota disonante en toda regla. Alargaba esos momentos muchísimo. me dió por mirar al público para ver las reacciones. Supongo que estaban como yo, un poco flipaos y con el ansia de ¡por favor! vuelve ya!!!. Cuando volvía, aunque siempre con complejidades, era como volver a casa. Personalmente me provocaba la sensación de alivio y descanso.

El resto de músicos eran por el estilo, empezaré por el pianista. Tenía un papel importante, hacía mucho acompañamiento pero una parte importante doblaba melodías junto con el saxo, es decir tocaban los mismo en ambos instrumentos al unísono dándole fuerza a una melodía concreta. Tuvo sus momentos de solos igual de locos que los de Garrett, muy técnicos y elaborados y algunos diabólicamente rápidos.

Contrabajo. Para mi gusto sonaba un poco bajo en relación con los otros instrumentos, creo que el batería se los comía. Sin embargo el propio músico fue otra pieza más en el puzzle que encajaba a la perfección en el concepto de jazz de la formación. Hubo un solo curioso donde produjo enormes intervalos a cada nota haciendo que se moviera como Rambo cuando disparaba la metralleta y efectuando el mismo efecto demoledor solo que en este caso no hubo bajas pero si aplausos.

Batería. Técnicamente perfecto, con golpes contundentes, nada del clásico batería de jazz con escobillas. Sonido potente que hacía que los decibelios subieran en la sala, aunque también sabía bajar el volumen y controlar cuando se requería. Sus momentos de gloria estuvieron embebidos en la música haciendo breaks en cada finalización de la secuencia de acordes, un método, desde mi punto de vista más agradable que limitarse a aporrear fuera de contexto. En los temas de ritmo imposible era increible como su chaston mantenía el tiempo mientras que tocaba en otro distinto, es difícil de explicar. Fuentes fiables me han dicho que es un extraterrestre con 2 cerebros…

Percursionista. Congas, triángulo, cabasa, cencerros, gong y no se qué más cosas. Se movía como pez en el agua haciendo totalmente lo que le daba la gana. Su papel fue importante aportando cantidad y calidad a los ritmos.

Entre tanta locura hubo algún momento ‘fácil’ con los temas ‘I Say A Little Prayer’ y ‘Homma San’. El primero fácilmente reconocible sonó como un descanso en su comienzo, aunque poco a poco empezó a ser menos reconocible en cuanto empezó la improvisación. Pero si alguno fue un descanso de tanta complejidad fue ‘Homma San’ que es un juego sencillo, pero bonito, de escalas sobre FA#. Estuve fijándome en el pianista todo el rato. Básicamente juega con la pentatónica de FA# que el algún momento hace menor. Aunque llegúe a casa tarde me puse el piano (el digital con auriculares para no molestar) y me puse a tocar ese tema, ¡es divertido!. Parece un estudio o ejercicio, las escalas se muestran sin ocultarse, tal y como son, nota por nota, una detrás de otra en el orden establecido.

El tema ‘J’ouvert’ fue el que hizo que empezara la interacción con el público, un ritmo bailable y una estructura armónica sencilla hacen que la gente entienda los que suena y la digestión se haga fácil, más si antes hemos comido un menú contundente. Digamos que estos temas son como un licor digestivo después de una comilona.

La gente agradeció con aplausos cada tema pero al final, cuando todo el mundo estaba de pie bailando, los aplausos se hicieron más evidentes.

Por último, para finalizar tocaron un minitema ultra rápido soltanto mil notas por segundo. Fue una demostración de 20 segundos de hasta donde podían llegar.

En resumen, sonó como si al disco le hubieran metido esteroides. Por cierto ¡he sido capaz de hablar de Kenny Garrett y no decir nada de Miles David!, al menos en eso he sido original.


Lugar: sala BBK (Bilbao)
Fecha del evento: 20 de mayo de 2014
Texto y fotografía: gonzacid

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