DeRuting Magazine

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BRITISH SUMMER TIME 2014

El 11 de noviembre de 2011, los miembros originales de Black Sabbath daban la noticia de la reunión y posterior gira para 2012. Al final no pudo ser y Bill Ward se cayó de esta alineación ideal. Sin embargo, el resto de integrantes originales siguieron adelante con la idea de la reunión y entre las fechas de la gira figuraba una en España, actuación única en la península, en nuestro querido Azkena Rock Festival. Arduo y veloz me dispuse a comprar el bono para el ARF 2012, con mis esperanzas puestas en ver, por fin, a una de mis bandas de rock favoritas y más míticas, icónicas e influyentes de la década de los 70 que tan fuertes y arraigadas raíces tiene para todo lo que posteriormente se ha hecho en cuanto a rock se refiere.

Sin embargo, esta historia idílica no acabó bien para ninguno, ya que a Tony Iommi le diagnosticaban un linfoma y nos quedábamos sin Black Sabbath en España. La actuación del Azkena se sustituyó por un Ozzy and friends que no contentó a casi nadie. Entre dichos afectados me encontraba yo (aunque su actuación del año anterior en el mismo ARF sí que la disfruté bastante, cosas de los conciertos, nunca se sabe cuándo tendrás el día).

Desde entonces deposité mis esperanzas en la recuperación de mi admirado Iommi y en una futurible gira que les trajera por aquí y así poder quitarme la espina.

Llegado 2014, y las fechas para su nueva gira, España seguía sin figurar entre ellas y yo me desesperaba, hasta que me decidí por acudir al British Summer Time, en Londres, para verles a ellos y de paso a otras grandes bandas como Soundgarden o Faith No More.

Y de paso, presenciar el posible último concierto de la banda bajo el mítico nombre de Black Sabbath, ya que Iommi, no tiene claro si podrá seguir debido a sus problemas de salud.

El 4 de Julio, como la canción de Soundgarden, día de la independencia para los estadounidenses, era el día señalado en el calendario. Estando en Londres para el concierto aprovechamos para hacer algo de turismo, así que llegada la hora del primer concierto de Soulfly aún no estábamos en el recinto. Llegamos para el final del concierto de Mötorhead, cuando estábamos llegando sonaban las primeras notas de la clásica Ace of Spades, y me empecé a poner nervioso y aceleré el paso. A pesar de sus problemas de salud Lemmy y su banda sonaban potentes, enérgicos y contundentes. Exactamente lo que se espera de esta veterana banda de heavy-rock. Caminamos haciendo los cuernos hacia el interior del recinto, mientras ya comenzaba la siguiente y última canción del set de Mötorhead, Overkill. Redobles, aplausos y agradecimientos de Lemmy hacia el público.

Fue una pena no haber podido ver más de este concierto, ya que sonaron bastante bien a pesar de los problemas de salud de Lemmy.

Después del concierto de Mötorhead, nos dispusimos a coger sitio para las siguientes actuaciones. Y llegó la hora de Faith No More, que darían su primer concierto europeo de 2014. El único concierto que darían en nuestro continente, junto con el que darían el día 5 de Julio en Polonia. Tengo que admitir que no son una banda que controle mucho, así que las expectativas no eran muy altas.

Y no decepcionaron. Sonaron compactos, furiosos y directos, derrochando energía en cada tema en un intento de animar al público, algo estático por lo temprano del concierto (las 5 de la tarde) y reservando fuerzas para lo que vendría después. Hay que decir que fue un buen concierto, pero no les acompañó el horario programado, ni el sonido bastante bajo de decibelios y con una ecualización que dejaba el volumen de la voz prácticamente parejo al resto de instrumentos, diluyéndose un poco entre éstos.

Como curiosidad, destacar que tocaron por primera vez la canción Leader of Men, que tuvimos la oportunidad de disfrutar en primicia los que allí estábamos. Todo un lujo.

Tras la actuación de Faith No More, vendría uno de los platos fuertes para mi gusto: Soundgarden. A su entrada al escenario Chris Cornell y los suyos se presentaron al público y nos avisaron de que esta sería posiblemente una de las últimas veces (si no la última) en que tocaran Superunknown al completo, su disco, posiblemente más conocido, que este año cumple 20 años de su edición.

Y así fue, comenzando por Let me drown, tocaron todo el disco al completo, salvo Half y She likes surprises. Empezaron de forma potente y efectiva con el mencionado tema que instantáneamente, gran parte del público, ya más animado, comenzó a corear. Siguieron desgranando las canciones del disco en el orden en que éstas fueron editadas, My wave, Fell on black days… hasta que terminaron Mailman y Cornell dió paso a la guitarra invitada de Mike McCready, que sólo intervino en un tema, y empezó a sonar el caracteristicos riff de Superunknown provocando un revuelo entre el público. Estábamos disfrutando en comunión de lo que éstos magos del rock duro nos estaban ofreciendo. Luego vendrían Head down y entonces la más que de sobra celebrada Black hole sun, que gran parte del público coreamos al unísono. Seguían cayendo los temazos, uno tras otro, Spoonman, The day i tried to live, mi querida Fresh tendrils, y Chris Cornell se tomó un momento para presentarnos, ya que ese era el día, 4th of July, uno de mis temas favoritos del disco que disfruté como un enano. Y tras este tema, se despidieron con Like suicide por todo lo alto.

Tengo que decir que el concierto de Soundgarden fue mi favorito del día, con un Chris Cornell pletórico que no falló en ningún momento, y que sólo fue mínimamente empañado por el ya recurrente tema del sonido, que nuevamente estuvo por debajo de lo requerido en decibelios para, presumiblemente, que los cabezas de cartel destacaran más sobre el resto de bandas.

Terminada la actuación de Soundgarden, y ya acercándose la hora programada para los cabezas de cartel, Black Sabbath, el cielo que había estado todo el día despejado, azul y soleado, como una premonición de lo que venía se cerró en un espeso manto de nubes negras, añadiendo dramatismo a lo que acontecía.

Las pantallas empezaban a proyectar imágenes y la intro de Warpigs sonaba por el equipo de sonido. La formación original, salvo por la triste falta de Bill Ward, de Black Sabbath, liderada por el carismático Ozzy Osbourne hacía acto de presencia, Iommi movía los dedos y la magia fluía por el cable de su Gibson SG negra hasta transformarse en un cañonazo de potencia sónica que era liberado por los amplificadores. El público despertaba de su letargo entre gritos, ovaciones, cuernos y gestos de air guitar. Para esto estábamos todos aquí congregados. Y estábamos obteniendo justo lo que esperábamos.

Tras la primera descarga de riff’s y contundencia doom-stoner vino Into the void y la genial Snowblind que fue presentada por Ozzy diciendo algo así como “esta canción se llama Snowblind y ya sabéis de qué va”, será el autoproclamado príncipe de las tinieblas o lo que queráis, pero no le falta chispa aún a su edad.

Tras esta primera tanda de temas clásicos, llegó el turno de Age of reason, de su último álbum 13. Seguida de la intro del tema Black Sabbath, y quizá no me creáis, pero no fue justo hasta entonces que empezó a chispear y ya no pararía en todo el concierto. Una vez más, la madre naturaleza se alió con el mito de Black Sabbath para añadirle un toque de aura a lo Sabbath.

Siguiendo con los temas del primer álbum, tocaron una inesperada (para los que no hubieran seguido los setlists previos) Behind the wall of sleep conectada, como en el disco, por el solo de bajo de Geezer Butler con N.I.B., una de las canciones más coreadas de la noche, y uno de los temas en los que más me empleé a fondo, Ouh yeah.

Tocaba repaso al segundo álbum, Paranoid, cuando empezó a llover con algo más de intensidad, empezando por Fairies wear boots, uno de mis temas favoritos, que nuevamente disfruté en grande. Y para acabar, por ahora, con este repaso a su segundo disco, tocaron Rat Salad, que incluía un totalmente innecesario y efectista solo de batería de Tommy Clufetos, que no iba nada con el estilo de la banda y que aún pintaba menos en un concierto de Black Sabbath (que digo yo, qué pinta un solo de, no sé, 3 ó 4 minutos de Tommy Clufetos cuando puedes meter una canción más de tu repertorio…? será la edad…). En mi opinión estaba totalmente fuera de lugar.

Cuando el amigo Clufetos se desfogó del todo, la banda volvió con la infaltable Iron Man que fue uno de los éxitos de la noche.

Retomaron el album 13 con God is dead? antes de “irse” con Children of the grave.

Después de marcharse “de mentira”, las pantallas proyectaban imágenes bastante insanas, por lo que se podía esperar el colofón final de Paranoid para cerrar el concierto.

Así fue, Ozzy y su aquelarre negro terminaron con el clásico de los clásicos: Paranoid, que tuvo una curiosa y corta introducción de unos pocos compases de Sabbath Bloody Sabbath.

En el apoteosis final, lanzaron al cielo fuegos artificiales que pusieron el punto final a un buen, pero no sublime concierto, del que, de todas formas, salimos más que contentos.

Como era previsible el sonido mejoró mucho, con la llegada de los Sabbath y pudimos disfrutar además de esto, de unos Iommi, Geezer y especialmente Ozzy en un gran estado de forma, dando la talla vocalmente, muy animado durante todo el concierto y haciendo sus típicos saltos, gestos y tics. Tres señores mayores haciéndonos vibrar con el mejor proto-heavy y rock que les ha hecho pasar a la historia.

Larga vida al aquelarre negro!


Lugar: Hyde park (Londres)
Fecha del evento: 04 de julio de 2014
Texto: antonio-j

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