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MACEO PARKER en la sala bbk

Maceo Parker asegura que su música es un 98% de funk y un 2% de jazz.

Ayer 25 de Marzo de 2014, en la sala BBK de Bilbao unos cuantos pudimos comprobar la certeza de esta afirmación. Funk inyectado en vena con atisbos puntuales de jazz. Si hubiera que definir el concierto en una palabra no hay duda, esa palabra es ritmo. Ritmo y más ritmo, a veces sólo era eso.

Detallando un poco más, el concierto se inició con la banda tocando funk a saco. La formación del grupo la componen 2 coristas, un trombónista de baras, baterista, bajista, guitarrista, tecladista y el propio Maceo al saxo, flauta y voz. Sale una rubia que hace la presentación de Maceo.

Maceo aparece con gafas de sol y trajeado. De repente me viene a la cabeza Ray Charles (más tarde habría referencias a Charles…).

En cuanto a la música era inevitable estar oyendo a James Brown, sonido funk y más funk, insistente, repetitivo, machacón. Infinidad de minutos monoacórdicos (si es que existe esa palabra) con un ritmo inapelable.

La puesta en escena de los músicos, creo que dejó un poco que desear en cuanto a expresividad y complicidad con el público. Personalmente el guitarrista me pareció el tío más inexpresivo del mundo, su cara era la de una estatua inmóvil que a veces movía las cejas. Luego describiré a cada uno de los componentes…

Sobre una base de funk (¿todavía quedan dudas al respecto?), Maceo y las coristas dedicaron al público un montón de “we love you”. Yo diría que la suma de minutos de “we love you” sería aproximadamente de ¿25 minutos?, al final todo era una excusa para seguir con el ritmo ante todo. Maceo y el trombonista tocaban arreglos rítmicos que aportaban cortes a contratiempo incrementando el “funk power” con sus respectivos solos de saxo que Maceo tocaba con genialidad y contundencia.

Constantemente utilizaban el recurso de ir “decrecendo” para luego meter un boom y seguir con la locomotora rítmica.

Vamos con los músicos:

Bajista: un tipo enorme, o más que eso. Tocaba correctamente, casi siempre con hacía slap como corresponde a esos ritmos. No me pareció un gran virtuoso ni mucho menos, sonaba bien pero en su momento de solo no me pareció limpio, no encontré melodía ni sonido de todo bueno, de vez en cuando se oían golpes excesivos a las cuerdas y algún dedo que no pisaba bien el traste, vale puedo ser muy “tiquismiquis” pero creo que no se ganó al público en su momento, no se entendía que es lo que pretendía hacer, sus propios compañeros le miraban con caras de “¿qué está haciendo?”.

Casi siempre este tipo era invisible (y eso que es grande) porque desaparecía destrás de su ampli, todavía no sé si para sentarse. Sin embargo en compañía de los otros músicos el sonido del bajo era bueno y correcto, pero repito, sin grandes alardes.

Siguiendo con las cuerdas ahora va el guitarrista. En mi opinión, el más inexpresivo. Es raro ver un guitarrista inexpresivo, pues bien señores, he aquí uno. Su sonido se basó constantemente en acordes rítmicos rasgueando las cuerdas, tampoco toco grandes arreglos, se limitó a fundirse en la base rítmica. Me pareció cumplidor pero también me faltó limpieza en su ejecución, en general me dio la sensación de que estaban trabajando, creo que hay que transmitir al público y hacerlo complice, esto el guitarrista por si solo sería absolutamente incapaz. Por suerte según iba avanzando el concierto los músicos se fueron soltando un poco.

Recuerdo 2 momentos de solos, en el primero tiro de punteo a gran velocidad con distorsión, un poco embarullado. El segundo momento rítmico sobre un acorde golpeando las cuerdas. Acorde con adornos (6ªs, 7ªs, 9ªs, 11ªs o yo qué sé) y golpeo-rasgueo de cuerdas. También un poco extraño, no sé cómo definirlo, en fin, hubiera preferído algo más limpio y definido.

Voy con el baterista. Batería contundente en todo momento, su forma de tocar fue potente. Toques funk potente y a veces casi heavy; hacía mucho uso del doble bombo que sonaba como un boom tremendo. Sus golpes de caja eran aplastantes, no sé cómo pudieron durarle las baquetas sin romperse, imagino que el aro de la caja será de buena calidad.
Preciso, su ritmo no falló en ningún momento, los contratiempos y cortes en su justo momento y con variedad. Si hay que ponerle un pero quizás es demasiada potencia, el sonido era machacón, las diferencias entre el momento pianísimo (bajadas de volumen) y el pum de vuelta a la caña fueron radicales, con un golpe de caja que no dejaba lugar a dudas.

Su momento de solo fue largo, hizo gala de técnica y energía a partes iguales, un solo también contundente, nada jazzero aunque hubo variedad de ritmos. Sonido muy fuerte y aplastante. Sin parones, las baquetas no se pararon en ningún momento. Parecía el conejito de duracell golpeando a diestro y siniestro. Golpeo su taburete, el suelo y no sé qué más dejando claro que el ritmo era su modo de vida.

Tecladista: usó 2 teclados. El Nord Stage para sonidos de órganos Hammond (como no podía ser de otro modo) y un Yamaha Motif para sonidos de piano eléctrico (principalmente) y sintes de los 70-80. Ambos sonaron muy bien.

Sin duda el componente más jazzero, sus acordes y arreglos no dejaban duda alguna. Jazz de escuela con acordes imposibles y solos dentro y fuera. Fue el único que no tuvo momento de solo sin acompañantes aunque hizo unos cuantos en conjunción con el resto del grupo. Acompañó en todo momento con los 2 teclado a la vez, incluso haciendo los solos usaba sonidos hammond para acompañar a su piano eléctrico. También hubo solos de hammond (para ser puristas de Nord emulando un hammond).

Tuvo un momento de cambio de registro y uso un sonido de sintetizador que me recordó inevitablemente a Stevie Wonder. Me gustó ese sonido con Wah Wah cerrado, apropiado para la música funk.

Pasemos al trombonista. Aparecía y desaparecía constantemente. En un principio se limitaba a hacer arreglos junto a Maceo. Su sonoridad a mi gusto fue la mejor junto con Maceo al saxo. Su trombón podía ser contundente pero también suave y expresivo, con matices aquí y allí.

Tuvo, desde mi punto de vista, uno de los mejores momentos del concierto. Se marcó un solo melódico acompañado por el piano. Aquí demostró sus capacidades con un amplio abanico de colores, sonido cuidado, elegante, suave y expresivo. Un momento de “descanso” del ritmo omnipresente en favor de sonido melódico. No le hacía falta el micro; en determinados momentos se alejaba para que se oyera el sonido único que salía del trombón sin amplificación de por medio. Frases largas con soplidos que requieren de técnica y sonidos agudos y muy graves exprimiendo la tesitura del trombón en una armonía perfecta con el piano. Se nota que me gustó ese momento, ¿verdad?.

Voy con las coristas, dejaré a Maceo para el final.

Corista 1: la negra con el pelo rubio. En general las 2 hicieron casi todo el rato coros de repetición, bien hecho, con buenos empastes armónicos y voces susurrantes. Tuvo la ocasión de coger el micro y empezar a cantar. Madre mía! no se te ocurra discutir con una mujer así, con ese chorro de voz podría matarte! Voz negra auténtica con denominación de origen. Los ronquidos eran atronadores y hubiera agradecido que se hubiera separado el micro en esos momentos para evitar rotura de tímpanos. Los registros eran medios y graves, no hubo agudos imposibles pero no hicieron falta.

Corista 2: también negra y también con voz característica, aún más radical que la anterior, su sonido fue grave y muy grave casi exagerado e increíble. No creo que nadie quedara indiferente. También con una potencia capaz de reventar los subgraves. Ambas intentaron, y creo que consiguieron, demostrar todos sus registros en sus momentos de gloria.

Pues creo que sólo me queda Maceo. El mejor sin lugar a dudas, más profesional que ninguno y con una energía increíble. Ya tiene unos añitos, pero no se nota en absoluto. Cuando se cuelga el saxo sabes que lo que viene a continuación va a sonar bien, tiene un sonido característico. Tuvo varios momentos de solos donde obviaba el micro y hacía que el saxo sonara a pelo, todo esto en modo interacción con el público con gestos. Grandes saltos de notas de las más grave a agudas, que provocaban la risa del público y es que Maceo sabe cómo involucrar a la gente. A la voz también tiene energía, es un showman en toda regla y da todo en el escenario.

Su forma de cantar recuerda (una vez más) a James Brown, es más, hasta se atrevió con un poco de “el Geropa”. Estuvo hablando de James Brown un rato y también dedicó un mini-homenaje a Ray Charles con imitación incluida y todo. Grandes momentos. En el recuerdo a Ray Charles, Maceo tocó, en la flauta travesera, la intro de Georgia on my mind; lástima que no continuará con el tema entero, su imitación de Charles era buena, en voz y en movimientos. También cantó un poco de You don’t know me, en fin un momento bonito para los que no hemos tenido la suerte de poder ver al gran Ray Charles en concierto.

En el final del concierto salió otra vez la rubia aquella (que creo que era la manager). Esto sobró, porque lo único que hacía es gritar “Maceo Pacaaaa (su pronunciación de Parker al más puro estilo americano)”. Pues eso, un rollo circense que no venía a cuento. Alguien debería decirle a Maceo que esa mujer no debe salir al escenario.

Luego, los músicos tuvieron el detalle de quedarse en el escenario hasta el final saludando a todo aquél que se acercara e incluso charlando sin prisas, yo me quedé mirando el Nord y el Motif con deseo jeje.

En resumen, buen concierto al que le faltó un poco más de enganche con el público por parte de algunos músicos.


Lugar: Sala BBK (Bilbao)
Fecha del evento: 25 de marzo de 2014
Texto: gonzacid

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