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Alejandro Escovedo nos brindo una noche mágica en el kafe Antzokia

Primera visita a Bilbao de Alejandro Escovedo. Una de las grandes figuras del rock que a lo largo de su larga trayectoria tiene canciones como para ocupar el trono en el olimpo de los más grandes pero que por razones que se escapan a la lógica el gran público no ha sabido apreciar. Bueno, no es el primero ni será el último. La cantinela de siempre. Nos presenta su último disco “Burn Something Beautiful” y que directamente lo ponemos en lo mejor del top ten del año pasado y que me parece que durante este año lo vamos a mantener en ese puesto porque tiene cuerda para rato. El Antzoki presenta una entrada decente para ser un martes pero la verdad que el evento se merecía un “sold out” en toda regla. Porque además le acompañan The Bellfuries. Combo rockabilly que con su último disco “Workingman’s Bellfuries” nos dicen que también les gustan los Beatles y con la voz de Joey Simone hay que darle un toque melódico adecuado y que engancha con cada escucha.

Los primeros en salir son The Bellfuries que durante poco más de media hora convencieron al personal y nos dejaron con ganas de más. A sus temas crudos y salvajes de rockabilly se unen los del último disco que nos dejan embelesados. Lo demuestran con “Bad Seed Sown”, “Make the Mystery No More” ó “Just Remembering”. La banda está a partir un piñón y se lo pasan de miedo. Risas y buen rollo. No puede faltar “Your Love (All That I’m Missing)”, pisan el acelerador con “Baltimore” que levanta un muerto. Para acabar “Beaumont Blues” que echa chispas y “Hey Mr. Locomotive” que redondea la jugada.

Le siguen Don Antonio que son el grupo italiano que acompaña a Alejandro Escovedo en esta gira. Y más a modo de engrasar la maquinaria nos demuestran con tres temas lo buenos músicos que son. Nos dicen que hacen música romántica. De coña, claro. Es lo que tiene al venir de Italia y es que no hay pocos artistas italianos de ese pelo que hemos tenido que aguantar. Antonio ya deja a las claras lo gran guitarrista que es. Acaban en clave surfera que hace que nos meneemos y sin pedir la hora por lo divertido que se muestran.

Tenemos que esperar más de los tres minutos que nos anuncia Antonio que van a estar de nuevo en el escenario. Aparecen al cabo de un rato pero esta vez con Alejandro Escovedo al frente. Al enfundarse su guitarra a la altura adecuada ya sabes que todo está bien. Un poco abajo como dios manda que es como se rockea de verdad. Y el empiece con “Can’t Make Me Run“ nos pone en órbita. Se podía haber tirado toda la noche con este tema porque parece que no tiene fin con sus acelerones, paradas, tormentas eléctricas después la calma. Sublime. Y sin tiempo para resoplar nos sacude con “Horizontal”. Temas que ya no se hacen, coño. Rock patea culos de verdad y es que aunque a sus 65 años Alejandro derrocha energía a raudales. Con un empiece así ya nos tiene en el bote pero es que todo va a más y mejor si cabe. Su último disco funciona de maravilla y ahí están “Beauty of your smile“, “Shave the Cat“, “Farewell to the Good Times” y la huracanada “Luna de Miel”, nunca mejor dicho, para corroborarlo. Y en todas siempre Antonio poniendo su maestría a las seis cuerdas y que no se nos olvide porque el tío se sale y lo digo ya porque es la constante durante todo el concierto. Pero es que también cae material pesado  con canciones emblemáticas como “Castanets“ que nos vuela la cabeza a todo tren. Ya con guitarra acústica en mano cae una emotiva “Sister Lost Soul“ con la que se acuerda de Chuck Prophet y que suele dedicar a Jeffrey Lee Pierce pero en vista de los último acontecimientos se la dedica a Chuck Berry. Le sigue “Bottom of the World“ que se la dedica a Texas y los Bellfuries y que es un regalo para los oídos. Y redondea esta parte del concierto con “Down in the Bowery“ que dedica a su hijo Diego. Nos hace echar unas risas cuando comenta que su hijo le dice que su música es para viejos. Y llega unos de los momentos sublimes y por los que merece la pena perder sueño. “Sally Was a Cop“ es gloria bendita y Alejandro hace una interpretación que es una maravilla. Con todo el público acompañando la canción con su oess nos pone la piel de gallina. Termina con “Always a Friend“ que nos la presenta en castellano como “Amigos para siempre” y joder que daño nos hicieron los Manolos aquellos que es lo primero que me viene a la cabeza. Una manera perfecta para despedirse con un tema redondo y que nos deja el cuerpo con ganas de más.

Para los bises interpreta en clave crooner el tema de Leonard Cohen “A Thousand Kisses Deep”. Como disfruta con el saxofonista al que jalea y anima en su parte. Y acaban de manera desatada y pegando fuego al escenario en la versión de “Like a Hurricane” de Neil Young en la que Antonio esta sublime pero en la que Alejandro también se deja llevar por la tormenta sónica que se desata.

Si cerrarían el Antzoki hoy mismo seria el colofón perfecto para cualquier garito de rock. Dios nos libre.


Lugar: Kafe Antzokia (Bilbao)
Fecha del evento: 21 de marzo de 2017
Texto: Antonio Lopez
Fotografías: David Mars

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